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Día a día nosotros creamos nuestro propio mundo, y aquí os muestro un pedacito del mío.



lunes, 7 de noviembre de 2011

Un abrazo...

A veces lo único que necesita un ser humano para sentir la máxima felicidad a la que puede llegar, dependiendo de; su estado anímico, la carga que lleve, a lo que se haya enfrentado o, a lo que le quede por enfrentarse a lo largo de su vida...  A veces lo único que necesita, es un abrazo, un abrazo fuerte, de los de verdad, de los que dan seguridad, cariño, comodidad y confianza, un abrazo de un ser humano en el que puedas llorar, sin vergüenzas, un abrazo de un ser humano que a demás de dejarte llorar, llore contigo, y abrazándote tan fuerte, tan fuerte, que sepa hacerte llegar todo ese cariño, que te haga llegar a esa seguridad, a esa comodidad, a esa confianza... y al final te diga mientras te abraza con esa fuerza, que te quiere.


Y con tan solo un abrazo, le quitas esa mirada perdida, esas ganas de no vivir, esa tristeza que abunda en su interior, esas noches que le consumen lentamente... Y con tan solo un abrazo, le cambias el mundo...



A mi, a día de hoy, me hace falta un abrazo de oso, un abrazo de oso de los suyos; que me calma, que me quita la ansiedad, la presión del pecho, la pena, la tristeza, la impotencia, las ganas de llorar... un abrazo de oso que lo cura todo, un abrazo de oso de los suyos.

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