A veces las cosas más simples, las mas pequeñas pueden resultarnos las más maravillosas e increíbles y para eso no hace falta mucho. La vida es un largo o corto periodo de existencia (según como lo miremos), en el cual el ser humano trata de ser lo mas feliz posible, y aunque a veces cuesta mucho, merece la pena.
Podemos sentirnos felices y vivos tan solo leyendo un buen libro, escuchando una bonita canción o comiendo nuestra comida favorita. Paseando por la playa con los pies descalzos. Tumbandonos en la arena, escuchando el sonido de las olas romper. Ir a la montaña; respirar el aire puro, observar la naturaleza, oír el susurro del viento. Ver la lluvia caer, o correr bajo ella. Oler el césped recién cortado cuando está aún húmedo. Visitando lugares en los que nunca has estado. Conociendo culturas, aprendiendo idiomas. Trabajando en algo que te guste. Ayudando a los demás. Llegando a sitios a los que nadie ha llegado.Viendo un amanecer, un atardecer o un simple anochecer.
Amando y siendo amados. Rodearnos de nuestros seres queridos, y aunque la muerte nos separe dar las gracias a la vida por dejarnos pasar esos maravillosos años con ellos.
Y solo estas simples y pequeñas acciones y visiones que nos acompañan a lo largo de esta existencia, pueden sacarnos las mejores sonrisas y darnos los mejores momentos.
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